jueves, 23 de junio de 2016

Ángel Torres intentará convencer a Pedro León para quedarse

Foto: EFE
"No van a quedar ni las perchas del vestuario". Es la frase más repetida por la afición del Getafe en las últimas semanas. El temor a que prácticamente ningún jugador de la plantilla de Primera División siga la próxima temporada está más que extendido entre el seguidor azulón. De hecho, ni siquiera se teme. Se espera, es obvio. Si después de la tormenta siempre llega la calma, después de un descenso a Segunda muchos jugadores no pueden o no quieren seguir. El número exacto lo sabremos a finales
de verano, pero proyectos en la máxima categoría y mejoras salariales se llevarán al grueso de los futbolistas que aún tienen contrato en el Coliseum. Ley de vida. Tan sólo algunos jugadores estarán tan orgullosos de vestir la azulona como la afición de verles con ella puesta, y tanto a unos como a otros no les quedará más remedio que mirar hacia delante. El show continuará.

En ese futuro inmediato en Segunda División, el Getafe está llamado a ser uno de los gallitos recién descendidos, pero ahora mismo eso no es lo que más preocupa. Lo que importa es el viaje. El orgullo azulón quedó muy picado por esa sensación de "solos contra el mundo" que dejó el final de temporada, y el club ha sabido seguir avivando ese fuego recuperando el espíritu de Tenerife. Un lifting facial que va de la mano con una campaña de abonados funcionando a buen ritmo. El aficionado se ilusiona con poco, pero más si das en el clavo. Por fortuna para todos los implicados, para recuperar ese espíritu no hará falta desempolvar la ouija, y poco a poco el club se va llenando de históricos del ascenso. Sin embargo, Gari ya no está para entrar a rematar en tromba, y Pachón responderá por fin al `¿pero es que nadie va a pensar en los niños?´, por lo que Torres deberá buscarse otro plan que poner en funcionamiento sobre el césped. Y no va a buscar muy lejos.

Según cuenta Onda Cero, el Getafe va a intentar convencer a Pedro León de que se quede en Segunda. Para complementar esa vuelta a la ilusión de otra época, Torres quiere recurrir al capitán, al jugador franquicia, al azulón mediático, a uno de los mejores futbolistas del Getafe de Primera. Con 29 años y habiéndolas visto ya de todos los colores en el club, el muleño lideraría el vestuario y quedaría como cara reconocible de una plantilla casi a estrenar. Nada nuevo. Incluso cuando el narrador de turno no sabía muy bien por donde tirar para comentar un partido del Geta, podía salvar la papeleta con la calidad y el golpeo de balón de Pedro, sin ni siquiera tener que bajar la vista a la tablilla de alineaciones. En Tasmania el diablo, en Pisa la torre, y en Getafe, Pedro León. En una época en tierra de nadie, en la que el PSG no estaba ni en la publi del culo ni como rival, en la que había que sudarse cada permanencia de 9 a 5, lo único que conservaba la capacidad para subir a tope la bilirrubina en la grada era ver al capitán mojar y besarse el escudo.

El principal impedimento, el aspecto económico. Pedro León viene de renovar a la baja el pasado verano, y el club le pediría llegar a algún tipo de acuerdo para reducir su ficha aún más, tratando así de ajustarse a un presupuesto acorde a la categoría de plata. Complicada tarea, y más teniendo en cuenta que el jugador ha recibido ofertas, pero si no lo consigue Ángel Torres, que logró renovarle ni un año después de tenerle sin ficha, nadie puede. La misma tarde del descenso, y aún con lágrimas en los ojos, el jugador mandaba mensaje al club: "Estoy a disposición del Getafe, si cuentan conmigo no se me van a caer los anillos por jugar en Segunda. Yo ya he dicho que deportivamente el Getafe es el club de mi vida, y si cuentan conmigo mi primer objetivo es devolverlo a Primera". Si ese sentimiento sigue tan vivo como hace un mes, la solución es fácil. Pedro, quédate.