Dos meses y medio después, el Getafe B volvía a dejarse ver por la Ciudad Deportiva. La última vez que la parroquia azulona hacía acto de presencia en Getafe Norte era en aquella entretenida mañana de transistores ante el Pozuelo, en busca de unos playoff que habían pasado de imposibles a posibles, y que a los diez minutos de comenzar la última jornada de liga de nuevo necesitaban de una carambola más propia de Las Vegas. No pudo ser. Un Geta que había sido el líder del Grupo VII de Tercera durante bastantes jornadas, se quedaba corto. Con el cambio de temporada Ángel Torres mandaba un mensaje al filial: los quiere en Segunda B, les anima a intentarlo. La lucha por la parte noble de la tabla empieza de cero.