El cuerpo técnico azulón sorprendía con su once. Foulquier, Bruno y Lele Cabrera iban a comenzar formando en defensa de tres, con Damián y Antunes como carrileros, Cristóforo como pivote, y para completar el planteamiento dos parejas con mucha libertad de movimientos, Portillo y Gaku como interiores, y Jorge Molina y Rober Ibáñez en punta. El virus FIFA, las lesiones, y el permiso a algunos futbolistas dejaban a Bordalás con hasta siete bajas, pero lejos de afrontar el Puchero como un día en el que no arriesgar más soldados, el mister proponía un test con tan sólo dos convocados desde el filial y cuatro cambios durante el partido, otorgándole aura de seriedad al encuentro. Guardiola calentaba pero no salía. Alberto lo hacía hasta el minuto noventa con la misma suerte. Simulacro de competición que se quedaba en eso, en simulacro. El tapete de Alcorcón era testigo de como la bajada general en las temperaturas contagiaba a este amistoso en plena temporada, que dejaba más rédito para la zona de banquillos que para la retina del espectador. Tensión, justita. Ocasiones, lo que surja.
El trío de la zaga se mostraba solvente en los balones aéreos, y solamente se le veían las costuras en alguna carrera de Nono o Juan Muñoz que comprobaba de qué está hecha la cintura azulona. Quizá por las probaturas de dibujo, quizá porque la semana que viene vuelve lo serio, quizá porque el 'Alcor' tampoco achuchaba con todo, el primer tramo de partido iba a ser bastante tranquilo. Una jugada entre Gaku y Portillo por el flanco izquierdo que Jorge Molina finalizaba con un disparo seco por encima del marco de Raúl Lizoain era el acercamiento más peligroso al gol. A los veinticinco minutos Bordalás finalizaba el experimento. Foulquier era realojado a la banda derecha, Rober a la izquierda, Gaku formaba en el mediocentro junto al debutante Cristóforo, y Portillo pasaba a acompañar a Jorge Molina. La defensa de cuatro y el esquema más familiar hacían que el Getafe pasara a tener más control del juego. Cristóforo vivía más arropado y Portillo era más protagonista.
A diez del descanso el partido se acordaba de la acción. Eddy Silvestre ponía a prueba a Chichizola desde la frontal, y segundos después llegaba el que a la postre sería el único gol del choque. Rober Ibáñez iba a sacar un centro desde el pico al corazón del área, donde aparecía completamente solo un Dimitri Foulquier que fusilaba al meta alfarero y se estrenaba con la azulona. El ex de Valencia y Osasuna aprovechaba la oportunidad y de nuevo mostraba que puede aportar cosas, apuntándose una asistencia y teniendo otra clara en los mejores minutos del partido. Portillo, Gaku y Jorge Molina circulaban el balón por toda la frontal amarilla, para finalizar con un aclarado a un Rober libre de marca. El disparo del extremo se iba desviado.
El Getafe se llevaba el Trofeo Puchero gracias al tanto de Dimitri Foulquier en la primera mitad. |
Para la segunda mitad, el exazulón Borja Galán salía muy enchufado de los vestuarios, y ponía en problemas a Damián Suárez, que veía como le llegaba ayuda de un Gaku Shibasaki sacrificado en tareas defensivas. Partido muy completo del centrocampista japonés. Galán era capaz de provocar una falta peligrosa que se encargaba de botar él mismo. Chichizola resolvía de puños. Poco trabajo para el meta argentino.
A los pocos minutos de estar de nuevo rodando el balón, Rober Ibáñez notaba molestias e iba a tener que ser atendido, con lo que Bordalás aprovechaba la tesitura para dar el relevo a Iván Alejo, que se llevaba los aplausos de los que fueran sus aficionados. También se retiraba Sebastián Cristóforo, y recibía la oportunidad el jugador del Getafe B Raúl Tavares. El centrocampista era puntal del último Juvenil DH azulón, y uno de los pocos futbolistas que ascendían al filial este verano. El canterano, que ya ha catado el día a día con el primer equipo, cumplía en los minutos sobre el verde que le otorgaba el técnico de Alicante. En la última media hora tanto Jaime Mata como Ángel entraban y tenían las mejores ocasiones visitantes. El madrileño remataba de cabeza a las manos de Raúl Lizoain tras el centro de un activo Alejo, y más tarde era el canario el que obligaba al meta alfarero a emplearse a fondo para sacar un balón a bocajarro tras servicio de Mata. Esa sociedad funciona.
El Alcorcón, que había sustituido prácticamente al equipo completo mediada la segunda parte, trataba de igualar la contienda con más corazón que cabeza, pero el Puchero hacía rato que había entrado, aún más, en tramo de no agresión. Pereira se vaciaba para poner en aprietos a la zaga en busca de algún error del que aprovecharse, y el partido moría con balones colgados y una grada en fiestas que tampoco escatimaba un último esfuerzo. Jorge Molina ponía punto y final a la tarde de fútbol levantando el Trofeo. Markel Bergara, presente en la grada de Santo Domingo, se moría por volver a participar con sus compañeros. El mediocentro vasco está en la recta final de la recuperación de su fractura de húmero y espera poder volver al equipo en las próximas dos semanas.
Alcorcón: Raúl Lizoain, Felipe Alfonso (Laure, 60´), Héctor Rodas (Esteban Burgos, 60´), Elgezabal (David Fernández, 60´), Bellvís (Parra, 60´), Errasti (Toribio, 60´), Eddy Silvestre (Dorca, 60´), Nono (Sangalli, 46´), Borja Galán (Asdrúbal, 60´), Juan Muñoz (Peña, 60´), Casadesús (Pereira, 60´).
Getafe: Chichizola, Damián, Foulquier (Mata, 57´), Bruno, Cabrera, Antunes, Cristóforo (Tavares, 53´), Portillo, Gaku, Rober Ibáñez (Alejo, 53´), Jorge Molina (Ángel, 73´).
Goles: 0-1, Foulquier (36´).
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