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intensidad, juego, ni tácticamente, la Segunda B de la que yo venía con la Primera. He ganado en competitividad y en saber leer un poco mejor los partidos". El diez azulón nunca llegó a ser titular indiscutible bajo el mando de Luis García Plaza, cosa que si ha conseguido con los tres entrenadores que han pasado por el Coliseum esta temporada, factor decisivo al que atribuye su progresión: "Los primeros años no fueron los adecuados, pero creo que poco a poco voy evolucionando, creciendo, y eso es con lo que me quedo. Ni antes no valía para nada ni ahora soy la hostia, sino que realmente me tengo que quedar con la progresión, y saber que la confianza que le da un entrenador a un jugador es fundamental para que pueda desarrollar su mejor juego".
La venta de Sarabia este verano puede ser una de las operaciones más factibles para aliviar las maltrechas arcas azulonas, pero el jugador tampoco haría ascos a cumplir su último año de contrato: "A lo mejor hay salidas que son buenas, pero también quedarme aquí me daria esa confianza y esos minutos que estoy adquiriendo ahora. Los estoy aprovechando y me estoy sintiendo a gusto, que es fundamental para un futbolista, sentir que confían en ti. Tengo un año más de contrato y aquí estoy a gusto, lo que depare el futuro ya se verá. Voy a trabajar aquí del primer al último día de mi contrato y veremos a ver que pasa".