jueves, 14 de mayo de 2015

Pablo Franco desaloja la sesión por un presunto espía

Foto: Chema Díaz
La importancia del encuentro ante el Eibar lleva días de relieve en el entorno del Getafe, gracias a la medida del club de celebrar el Día del Aficionado y al llamamiento a la masa social azulona por parte de la Federación de Peñas, con el objetivo de arropar al máximo al equipo y empujarles a conseguir la permanencia. Pero ha sido esta mañana durante el entrenamiento de la plantilla donde el viejo dicho de `el fútbol no es un asunto de vida o muerte, sino algo mucho más importante´ ha llegado a su máxima expresión,
quedando patente que desde el cuerpo técnico se va a cuidar hasta el más mínimo detalle para llevarse la final del domingo. La presencia de un presunto espía del conjunto armero en la grada del estadio ha hecho que Pablo Franco decidiera desalojar el entrenamiento, llevando a cabo el resto de la sesión a puerta cerrada. Ha sido el excapitán Javi Casquero el que ha llamado la atención del mister sobre un posible enviado del Eibar recopilando información, cosa que no ha gustado nada al entrenador madrileño a tres días del decisivo choque, y que ha hecho tomar precauciones extremas al personal azulón.

La decisión de continuar el entrenamiento a puerta cerrada ha provocado el enfado de los aficionados que se habían acercado hasta el Coliseum, entre ellos algunas familias con niños, y que aprovechaban la festividad en el municipio getafense para presenciar una sesión que en principio iba a ser abierta al público. El equipo tiene programados aún dos entrenamientos antes de recibir al Eibar, uno a puerta abierta este viernes en la Ciudad Deportiva y el último el sábado en el Coliseum a puerta cerrada, ambos a las 10:30h.