Foto: LFP |
Ante el Espanyol, los azulones no levantaban el pie del acelerador, y, como ya hicieran en Gijón, volvían a darle la vuelta a un encuentro que se les ponía cuesta arriba, dejando por el camino probablemente sus mejores momentos en esta 2015/16. Escribá repetía once respecto a la victoria ante el Betis, con la excepción de un Karim Yoda que sustituía al renqueante Roberto Lago, y el bloque que está llevando al equipo al siguiente nivel ofrecía un encuentro muy entretenido y lleno de ocasiones de gol. El cuerpo técnico y los jugadores están consiguiendo mantener la regularidad, y una regularidad de las que cuesta afianzar, venciendo, convenciendo, y logrando que hasta el azulón más mustio por las últimas campañas vibre de nuevo en su asiento, y con bastante frecuencia levantado de él.
En la primera mitad, el Getafe iba a mostrar sus credenciales para llevarse el partido, con un goteo de oportunidades claras con las que poner el 1-0, pero después de que Álvaro, Juan Rodríguez o Cala tuvieran cerca el gol, iba a ser el Espanyol el que se adelantara en el marcador. Balón colgado desde la izquierda por Víctor Álvarez que se encuentra a un Hernán Pérez libre de marca, y que termina en la red después de un soberano testarazo. Pero no tardaría ni diez minutos el Getafe en dar la vuelta al choque. El empate llegaba en una jugada eléctrica por parte de los locales, después de que Víctor Rodríguez pusiera fe en una de sus arrancadas, lograra fintar, plantarse en la frontal, y sacarse un zurdazo que pegaba violentamente en el larguero. Mala suerte para el dieciocho, que veía como la ocasión se iba al limbo y el esférico casi le acompañaba. Y de un balón que se paseaba por las nubes iba a sacar petróleo el muleño Pedro León, que tras recortar al defensa con el mismo control, sacaba el taco de billar para ponerla lejos de las manos de Pau y las piernas de los defensas. Tras la reacción azulona, Pablo Sarabia iba a sumar otro tanto a sus espectaculares números de las últimas jornadas, adelantándose al central en área pequeña, y haciendo bueno con un sutil toque en el primer palo el servicio raso de Damián Suárez.
Tras el descanso, los de Escribá no mataron el partido hasta casi el pitido final, y el Espanyol tuvo oportunidades para haber salido vivo del Coliseum. El balón parado era el arma con el que los blanquiazules daban la sensación de poder hacer mucho daño, y Salva Sevilla estuvo a punto de empatar con una falta que, tras pegar en el palo, rebotaba en un Guaita con mucha fortuna. También Enzo Roco hacía cundir el pánico con un remate que tenía que sacar bajo palos Juan Rodríguez, y en la grada quedaba la sensación de que si no habían entrado esas, al Espanyol ya no le iba a entrar. Pero no sólo los de Galca ponían el empuje, y también hubo tiempo para que Pedro León rozara el doblete con un disparo precioso que se estrellaba en la madera, al igual que el cabezazo de Scepovic tras un gran servicio de Sarabia. Con el Espanyol intentándolo a la heroica llegaría la sentencia de Moi Gómez en la última jugada del partido, después de que Sarabia filtrara el enésimo pase de gol a uno de sus compañeros. Desmarque, galopada, y definición con tiro cruzado, ante el delirio de una grada que pasó de pedir la hora a verse gritando otro gol.
De nuevo actuación estelar de Pablo Sarabia, que marcaba uno, daba otro, y hacía de cada balón recibido en tres cuartos de campo una ocasión de peligro. Al diez azulón la tostada no deja de caerle por el lado sin mantequilla. Es más, si untara las dos caras seguro que la rebanada aterrizaría de canto. Pedro León volvía a salir del terreno de juego ovacionado en el cambio, y si ante el Betis recibía algunos aplausos de ánimo por haber dado un pasito adelante, anoche el centrocampista se aseguraba merecer todos y cada uno de los vítores firmando un partidazo. Mucha culpa de que al aficionado ya no haya que convencerle para olvidarse del frío y disfrutar del partido la tiene esa vistosa segunda línea del equipo, que completa un incombustible Víctor Rodríguez, pero ha sido el trabajo de todos el que ha hecho posible que el equipo germine en pleno mes de enero. Jugadores que se han rehecho después de atravesar momentos muy bajos de forma como Guaita o Pedro León, además de un Juan Cala que pasaba de la grada a ser el jefe del equipo, son ejemplo de la predisposición del vestuario a mejorar, y a esperar pacientemente la oportunidad para sumar al proyecto. Incluso Karim Yoda volvía a probarse el disfraz de lateral izquierdo para poner su granito de arena, y los jugadores más regulares del equipo, como pueden ser Lacen, Juan Rodríguez o Damián, continúan siendo una red de seguridad para el grupo. En la maceta que Fran Escribá lleva regando desde el mes de julio hay un capullo que está a punto de abrirse, y el que piense que es flor de un día es que no ha estado prestando atención.
Getafe: Guaita; Damián Suárez, Cala, Vergini, Yoda; Lacen, Juan Rodríguez; Pedro León (Moi Gómez, min. 80), Sarabia, Víctor Rodríguez (Bernard, min. 90); Álvaro (Scepovic, min. 71).
Espanyol: Pau López; Rober, Álvaro, Enzo Roco, Víctor Álvarez; Diop (Jordan, min. 51), Abraham (Montañés, min. 71); Hernán Pérez, Asensio, Salva Sevilla; Caicedo.
Goles: 1-0, min. 25: Hernán Pérez; 1-1, min. 29: Pedro León; 2-1, min. 37: Sarabia; 3-1, min. 94: Moi Gómez.